Se nos pidió conseguir un objeto imposible, que no se pueda usar o que se resulte contradictorio a sí mismo, que le diéramos al coco y creáramos un trasto inútil. Así pues empecé a pensar en cosas cotidianas, que usamos a diario, y llegué a un teléfono móvil (hoy en día NADIE sale de casa sin un teléfono móvil, hasta los niños empiezan a tenerlos, y cada vez desde más pequeños). Y divagando y divagando, y usando mis aceptables habilidades para el Photoshop, llegué a lo que tenemos en la foto de abajo:
Es un teléfono móvil, como ya he dicho, y su inutilidad radica en que su teclado no es tal cosa, sino que es una mera pegatina; al no disponer de los botones no se puede interactuar con el teléfono, con lo cual será mejor dejarlo como pisapapeles...
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